MAGDALENAS DE ANÍS Y UN CUENTO MARAVILLOSO

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Para escuchar mientras lees: Así mueren las diosas (Teo Cardalda)

Hoy no voy a ser yo la que escriba lo que precede a la receta. Hoy le dejo el protagonismo absoluto a ... MI PADRE.

Si recordaís en marzo publiqué una entrada con la receta de torrijas en la cual hablaba de él. Pues bien , la semana pasada recibí un e-mail con unas palabras y con este cuento que os presento.  La versión que yo me quedo para siempre  es la que él me envió con imágenes incorporadas y lo que siempre guardaré en mi recuerdo será la emoción (berrinche) que me dio al leerlo.

Gracias Papá.

"El rey que sufrió"

Había una vez, en un lugar muy cercano un Reino.

Donde reinaba la paz y alegría, estaban el papá Rey la mamá Reina  y los tres príncipes (dos príncipes y una princesa).

Los príncipes y la princesa volaban y volaban agarrados a los brazos poderosos del Rey, iban al cielo y bajaban al momento con la tripa encogida y la sonrisa en su cara, con los ojos llorosos de la risa y con la esperanza de volver a subir de nuevo.

Así paso mucho tiempo.

Pero, siempre hay un pero, como en todos  los Reinos no todo iba a ser alegría.

Alrededor del castillo empezaron a formarse grandes nubes negras y detrás de ellas pequeños y grandes monstruos que amenazaban con tirarlo todo por tierra,

El Rey viendo todo eso luchó y lucho con los mismos poderosos brazos que hacían volar a sus hijos tratando de que aquello no sobrepasara las murallas.

Después de un tiempo y viendo que era imposible superar esas fuerzas obscuras, se reunió con los sabios del lugar, consulto los oráculos y al mago del reino.

Y cual no fue su sorpresa cuando todos coincidían en su respuesta.

“Si quieres librar de estos males a tus seres queridos, tendrás que pagar un gran precio…..”

Por qué? contestó el Rey, qué he hecho tan mal para que esto tenga que ocurrir.

“Nunca se hace todo bien y tampoco todo mal” le respondían todos.

En eso el Mago dio un paso adelante y dirigiéndose al Rey le susurró al oído

“Majestad yo tengo la solución....  pero le costará un gran tributo”

¡! Dejadnos solos ¡! Gritó el Rey.

Una vez a solas.

Dime cual es el precio, me desprenderé de todo lo que tengo si es necesario.

Majestad, estáis seguro de lo que decís.

- Si habla de una vez.

Con voz temblorosa y agachando la cabeza contestó “Le costará su corazón”

Se hizo tal silencio que se podían oír los rayos del sol al entrar por los ventanales.

Después de esto  y con los ojos vidriosos tratando de no caer en la desesperación, contesto.  

- ¿Cuál es tu plan?

El Mago le dijo:

“Construiré un gran saco donde a través de mis artes meteré todo lo que ahora os atormenta y rodea vuestro reino”

- ¡! Y eso es todo!!  Dijo el Rey

“No, eso es solo el principio. Una vez esté todo dentro, vuestro corazón se tendrá que partir en mil pedazos, vos os quedaréis con uno solo para poder seguir vivo y el resto se quedará aquí, ya que es aquí donde está lo que mas queréis, después tendréis que cargar con el gran saco a la espalda y salir del reino como si de un ladrón se tratara. Además nadie podrá desatar el nudo que lo cierra y nadie sabrá que es lo que lleváis dentro, solamente vos lo podréis desatar, pero cuidado si lo hacéis es posible que vuelva todo de nuevo al principio”

¡! Pero eso no puede ser ¡! Contestó el Rey. Todos pensarán que soy malvado y un cobarde por dejar atrás lo que dejo. Son mis hijos.

El Mago le responde, es posible que así sea, pero solo tú vas a saber la verdad, por eso no desates nunca el nudo, es mi consejo. Quizás y solo quizás la vida que queda por vivir a todos sea mejor que la que ahora se avecina, ni siquiera yo con mis artes puedo descifrar el futuro.

Una vez dicho esto el Mago se retiró y empezó sus conjuros con permiso del Rey.

Pasado un tiempo el Mago volvió con lo prometido, un gran saco con todo la obscuridad que rodeaba el reino y dándoselo al Rey le dijo “Mi parte está cumplida” ahora os toca tomar la decisión mas dura.

Estoy dispuesto si me prometes que esto será lo mejor contestó.

Y cumpliendo las instrucciones que le dijo el mago, salió andando con su carga y su pequeño trozo de corazón.

Según caminaba y caminaba iba notando como sus huellas desaparecían pues como sospechaba, seis cuencas no dejaban de manar y el líquido elemento borraba y borraba sus huellas, su sensación era que jamás le encontrarían pero no era esa su intención.

No desistió en su empeño de seguir cuidando lo que mas quería y subiéndose a la montaña mas alta que encontró en su camino, divisó de nuevo su reino y desde allí vigiló y protegió.

Ahora se siente orgulloso que los tres brotes de vida han conseguido lo que quería cada uno y cada uno tiene su propio reino.

P.D. Le tocará llevar siempre el gran saco a sus espaldas pero ya no siente el peso pues ve como la luz sigue mandando en lo que antes era todo obscuro. 

Y por cierto jamás se le pasó por su pensamiento desatar el nudo.

A se me olvidaba, el Mago también le dio una vara muy muy larga para que cada vez que uno de sus hijos se saliera del buen camino, le diera una pequeña colleja.

Y colorín colorado ……

Para María la más artista y que por fin vea que si estoy orgulloso de ella y que la quiero.

 Unidades : 30 aproximadas

Tiempo : 1 hora

Las magdalenas no quisieron subir esta vez pero con el sabor obtenido los comensales se dieron por más que satisfechos.

• 250 gr mantequilla
• 250 gr azúcar
• 250 gr harina
• 6 huevos medianos
• 1 copa de anís
• 1 sobre de levadura ( yo eché de panadero pero creo que en este caso mejor royal)
• Ralladura de 1 limón.

Ingrediente secreto: El amor con amor se cobra.

Ingrediente esencial: Las palabras disipan dudas y ensanchan el corazón.

1. En un bol ponemos los huevos , la ralladura del limón y el azúcar. 
2. Batimos con varillas manuales o eléctricas hasta que quede una masa homogénea  unos 10 minutos (más si es manual)
3. Se agrega la copa de anís, la mantequilla desleída y por último la harina con la levadura.
4. Batimos.
5. Precalentamos el horno a 200º
6. Echamos la mezcla en los moldes. Yo los puse dentro de los moldes metálicos para flanes para que no se deformaran y para que subieran.
7. Dejamos hacer durante 15 minutos cada hornada.
8. Listo, prepara café para mojar unas cuantas.