martes, 23 de marzo de 2010

TORRIJAS

Para escuchar mientras lees: Adagio en Sol Menor (Albinoni)

- ¿Por qué llora la niña?- preguntaban a mi abuela las mujeres que acudían a misa cada vez que sonaba el órgano o se ponían a cantar cualquier salmo.
- Pues porque la música la hace llorar.
- Ay pobre ! ¡Qué berrinche!
- Es así de sensible ella.

Pues si, así era y sigo siendo yo. 

La pieza que arriba pongo me trae de recuerdo a la María de hace unos 25 años, sentada en el sofá, aguantando el tirón hasta que la música puesta por mi padre en el tocadiscos me envolvía en lágrimas. Era un llanto descontrolado, como cuando a veces él se ponía a tocar el piano, no recuerdo el qué , pero si recuerdo que me producía el mismo efecto.
El día 19 de Marzo fue el día del padre, y hoy he unido varias cosas que me hacen escribir sobre él: la fecha indicada, la música expuesta y las torrijas.


Hubo un día en mi vida, muchos años atrás , en que fui destronada. Así me sentí cuando por ciertas causas mis padres decidieron separarse. Yo era la princesa de un cuento de hadas como todas las niñas de esa edad, que sólo deseaba disfrutar de su niñez. La vida de los que hasta ahora habían conducido la mía se desmoronaba y no había donde agarrarse. Ante eso llegaron recuerdos de los que nunca más disfrutaría de igual manera. 
Nunca más, después del colegio al escuchar las llaves golpear la cerradura de la puerta de hierro, Álvaro y yo correríamos el pasillo para recibir a papá, y que éste presumiera de sus fuerzas colgándonos a cada uno de un brazo hasta el salón. Nunca más, mi padre entraría a casa escondiendo una muñeca en su espalda y me haría la foto de rigor a continuación. Quizá nunca más sería el mago que ,sentado en el sofá y haciéndome cosquillas, sacaría de mi nariz monedas de 25 pesetas.
Pero aunque no fueron momentos buenos para ningún miembro de nuestra familia, el tiempo ha ido pasando y sanando. 
A veces me gustaría saber que parte de la princesa que vivía en esa casa le ha quedado dentro a mi padre, si por asomo algún día ha sentido orgullo de lo que he ido haciendo en mi vida o por el contrario ha tenido algo por lo que sentirse avergonzado. Su carácter le impide, ahora que somos mayores, demostrar sus verdaderos sentimientos y eso en cierto modo crea inseguridad, pero es algo con lo que a todos nosotros nos toca vivir.
Mi padre, ese hombre al que quiero, ese hombre tan desconocido a veces, el hombre que ayudó a que yo estuviera en este mundo también merecía su entrada. FELICIDADES PAPÁ!!
Si, ese hombre con coleta es mi padre , con su amigo Isidro escanciador de sidras nuevo, sólo recuerdo una fecha en la que decidió cortar su melena:  19/05/1989 el día de mi comunión.

Las torrijas de mi abuela son un manjar para mi padre. Mi abuela hace una barra de pan casi exclusivamente para él. Puede entrar una tras otra en su estómago mientras escucha a su alrededor cuántas se ha comido ya. Todos nos asombramos año tras año ante esta repetición de costumbres. El come, los demás contamos cuantas. Mientras saboreamos las torrijas que mi abuela ha preparado anticipándose a la semana santa, pienso, que lo más sencillo, lo más tradicional a veces es lo más rico.

  • - Una barra de pan del día anterior
  • - 3 huevos
  • - 1 litro de leche
  • - 1 rama canela
  • - Piel de una naranja
  • - Azúcar
  • - Anís en grano
  • - Aceite oliva
  • - Canela molida
  1. En una cacerola hervimos la leche con la rama de canela, la piel de naranja, anís en grano (unos 15-20) y un par de cucharadas de azúcar (si os gusta más dulce podéis echar más)
  2. Cuando hierva apartamos del fuego, colamos y dejamos enfriar.
  3. Cortamos la barra en rebanadas
  4. En un bol mezclamos azúcar y canela molida para envolver después de fritas las torrijas.
  5. Para que el aceite no haga mucha espuma, en un bol echamos las claras del huevo, las batimos casi a punto de nieve y a continuación unimos las yemas y batimos.
  6. Ponemos una sartén con abundante aceite de oliva al fuego.
  7. Metemos las rebanadas en la leche, mojando bien con cuidado de no romperla.
  8. Lo rebozamos en el huevo y freímos hasta que dore.
  9. Las sacamos y posamos en papel absorbente para quitar el exceso de aceite y rebozamos en la mezcla de azúcar y canela.
  10. Y a comer con un café, después de la comida, al desayuno ....un largo etcétera.
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10 comentarios :

  1. Es difícil contestarte,solo te digo que las lágrimas caen sobre mi cara.ES muy difícil la vida.Y lo lamentable es que las relaciones,no son de dos,como dicen,afectan a la gente de alrededor....aún así me encanta que sigas teniendo ternura por tu padre y le hayas dedicado esta tierna y sabrosa entrada.

    Un besote guapa y se feliz ;))!!!

    Por ciert esatas osn las torrijas de la bauela por excelencia,la de toda la vida.
    Te la copio María para mi papá también,que eran las de mi abuela.

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  2. muy ricas las torrijas,me recuerdan las que hacia siempre mi madre,ahora que no cocina las hago yo
    un beso

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  3. Le has preparado una entrada preciosa a tu padre, ese señor con coleta que se atiborra de torrijas cuando tu abuela las hace y que seguro que te adora mi niña. Asi es la vida, y hay que disfrutarla tal y como viene, sacando siempre las cosas buenas. Y para buenas tus torrijas, o las de tu abuela, el caso es que tu las has compartido con nosotr@s hoy, asi que muchisimas gracias y un besote enorme.
    PS: A mi me acongoja mucho ver a la gente llorar , quizas porque yo soy todo lo contrario y no lloro nunca, pero no esta bien, hay que exteriorizar los sentimientos, como tu haces ahora.

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  4. Maria, gracias por visitar "mi cocina" que desde ahora tambien es "tu cocina".
    Riquisimas las torrijas, aún no me he atrevido a hacerlas.
    Por cierto, sé feliz, hagan lo que hagan nuestros padres ó hagamos los padres, los hijos se quieren siempre. Tenlo en cuenta.
    Un beso

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  5. estas torrijitas tan ricas, me estan llamando por mi nombre, me las llevo que ya se acercan las fechas, un beso

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  6. Hola chicas, gracias por vuestros comentarios. La vida viene y se va y todo lo que en ella pasa deja restos en tu forma de mirar. Ante todo la felicidad que me rodea , por mínima que fuera que no es así, sería suficiente para que los días que van pasando tengan un sentido.
    Eva, las torrijitas de la foto son mias, las hice el lunes con un gran resfriado en casa! Y ahora mi gordi se está poniendo malo también....Habré incluido mis virus como ingrediente secreto???
    Besos a todas

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  7. hola, tengo una panadería y e echo la receta de las torrijas que has publicado.Te felicito por la formula, impresionantes, buenisimas.y muchas gracias por la formula.

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  8. Hay temas musicales que son capaces de poner voz al alma, y este fragmento de Tomaso Albinoni consigue justamente eso. Muy bonitas tus palabras, si bien están impregnadas de recuerdos que fueron tiñéndose de melancolía.

    Imagino lo doloroso de una separación de tus padres, yo no la viví, pero sí una convivencia tormentosa en la que una de las dos partes resultó tremendamente dañada. El balance hoy es mucho peor, permanecieron juntos pero desdichados, yo nunca los "disfruté" felices. Hoy ya ni siquiera puedo tenerles a mi lado, se marcharon...

    Quiéreles en la felicidad que han decidido encontrar, incluso por separado. Créeme cuando te digo que para ellos tú eres lo máximo. Pero, sobre todo, disfrútales mientras estén en este mundo, todos los momentos son irrepetibles e irrecuperables.

    Un cordial abrazo.

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    1. Carmen me ha encantado el comienzo de tu comentario, coincido contigo. Intento disfrutar de las cosas simples de la vida que es de l,o que más tengo y lo que más me llega. Un abrazo

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  9. Te felicito, sostener la tradición familiar une a las familias yo no disfrute mucho tiempo de mi abuelita pero la extraño cada dia

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Después de haberte echado la charla...no te apetece hacer lo mismo?
No dudes en decir lo que se te pase por la cabeza.
Aquí estaré!

Dedicado a mi madre y a mi abuela, por todo lo que me han dado y enseñado. Dedicado a mi Gordito por apoyarme en todo con lo que me ilusiono y ser tan agradecido con cada receta que hago. Os quiero

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