Tu voz en mi recuerdo para siempre.
A mi madre.
A mi madre le apasiona cantar. Recuerdo su voz invadiendo la casa de la calle Rayo, con canciones de Rocío Durcal, Isabel Pantoja, Rocío Jurado...
Hubo una vez que mi madre a causa de unos pequeños nódulos en la garganta se quedó, casi, sin poder hablar. Cuando fue al médico éste le preguntó: "¿Usted se dedica a cantar?" Y mi madre respondió: "No me dedico a ello, pero me gusta". La recomendación del doctor fue algo tan amable como: "Pues no cante". Tan sencillo como eso para no volver a tener problemas con sus cuerdas vocales. Pero ella lo siguió haciendo, quizá no tan a menudo, y gracias a eso recuerdo sábados y domingos de mi infancia llenos hasta el borde de su voz.
Una de las primeras recetas que me atreví a hacer , cuando hace años me picó el gusanillo de cocinar , fue ésta que a continuación os escribo. Me la enseñó mi madre , como tantas otras. Es muy sencilla, pero realmente sabrosa.
Al igual que como con ciertos olores recuerdas lugares, personas o cosas, con los sabores me ocurre lo mismo, y este me recuerda a Torrejón de la Calzada, por la noches después de venir de la escuela de teatro, Francisco, mamá y yo en el cuarto de estar rechupeteándonos los dedos (cada uno los suyos jeje)
Dificultad: Mínima
Tiempo: 1 hora aprox.
Personas: 2
- 3-4 alitas enteras por persona ( tened en cuenta que al estar guisadas empachan más que fritas)
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharadita pan rallado
- Vino Blanco
- Caldo de Pollo
- Agua
- Aceite, Sal y pimienta
Ingrediente secreto: La vigilancia del maestro, para que su alumno no se queme las manos.
Ingrediente esencial: Tener un lugar donde atracar. La madre siempre es el puerto más seguro.
- Cortamos las alitas por la mitad. Salpimentamos
- En una sartén honda ponemos aceite a calentar y doramos las alitas (cuidado salta demasiado tened a mano una tapadera)
- Cuando estén doradas laminamos los dos dientes de ajo. Retiramos parte del aceite de la sartén dejando sólo la cantidad que cubra ligeramente todo el fondo de ésta.
- Doramos el ajo.
- Echamos el pan rayado y movemos. Bajamos el fuego a la mitad.
- Echar 1/2 vaso de vino blanco, dejar reducir unos tres minutos. A continuación agregar 1/2 vaso de caldo de pollo o 1/2 pastilla.
- Movemos y agregamos 1/2 vaso de agua.
- Tapamos y dejamos una 1/2 hora a fuego medio hasta que la salsa se reduzca y quede un poco espesa.
AVISO IMPORTANTE:
Tener unas cuantas servilletas a mano y un buen trozo de pan para mojar!