Para escuchar mientras cocinas:
Nunca me gustó el mundo en rosa. No fui una niña vestida de ese pasteloso color. Cuando llegó mi adolescencia no presumía de larga melena ni de mechas finas, más bien me gustaba rapado y de diversos colores según la época... incluso el azul!
No me gustaba la excesiva feminidad porque parecía, a veces, sinónimo de debilidad, tontuna y parsimonia.
Pero lo que sí tenía claro era que, si algún día era madre, me encantaría tener una niña.
Mi madre siempre ha dicho que ella se decantaba por el sexo femenino aunque en casa escasease. Tuvo dos niños y a esta "chicota" que escribe.
Mi hermano mayor ha tenido dos lindas niñas y siempre deseó que lo fueran.
Mi PocaCosa anhelaba poder disfrutar de melenas con gomitas rosas y cuentos de princesas.
Mi abuela, esperaba que el nombre terminase en -A porque así, según ella, ni yo ni ella estaríamos solas.
En fin...lo más importante y lo que siempre en mi familia, como en todas, se desea es que venga bien, pero si nos preguntaban preferencias, no podíamos y no queríamos negar que el sexo femenino nos PIRRA!
Y como casi siempre lo que suelo desear no se cumple, pensé que en este caso también sería así...
Hubiera tenido el mismo nombre simplemente uno terminaría en A y el otro en O.
Hubiera recibido el mismo amor.
Hubiese estrenado los mismos bodies que sus papis compraron de tono neutro para sus primeros días.
Si....hubiera sido todo igual tanto si fuese niño o niña.
Pero mi bizcochito ha decidido que la habitación sea coral, que esté deseando comprar zapatos rojos, y que mi vida tenga un toque más femenino.
Mi bizcochito se llamará Alejandra!!!
Hubiera sido igual de feliz, pero no puedo negar que estoy a tres palmos del suelo con la noticia.
El color rosa me ha abducido!
Pero... ¿Esto qué es? Estarán muchos pensando... Un blog de recetas o de mamis primerizas!???
Pues una cosa no puede ir separada de la otra, y más cuando el blog es casi un diario personal de aventuras, desventuras, sentimientos y opiniones de la que cocina.
Por tanto permitidme, a quien no disfrute con este tipo de cosas le pido disculpas, seguir en esta línea cuando tenga algo especial que contar. La felicidad no se debe ni se puede ocultar!
Vamos a por la receta o qué??
Hay platos sencillos a los que se les puede sacar un excelente partido en reuniones, fiestas e incluso para llevar en el tupper para la oficina.
Este es uno de ellos. Creo que por la sencillez merece la pena tener la receta a buen recaudo para esa comida con amigos que tienes planeada en tu casa.
Venga toma nota!
4 personas
- 2 solomillos de unos 700gr aprox. cada uno
- 6 dientes de ajo
- 1 cebolla grande
- Zumo de 1/2 limón
- 125 ml whisky (si tenéis uno bueno mejor)
- Aceite, sal, pimienta y perejil
- Agua 150 ml
- 1 pastilla caldo de pollo
- Patatas guarnición de bote cocidas
Ingrediente secreto: Da igual el color, simplemente disfruta!
- Desgrasamos los solomillos por si tuviesen alguna fina capa de grasa.
- Cortamos en medallones de aproximadamente 1.5cm. Salpimentamos.
- Doramos vuelta y vuelta los medallones, teniendo en cuenta que en el último momento darán un hervor con la salsa, por tanto no debemos hacerlos en exceso. Reservamos.
- Picamos finamente la cebolla y a los ajos sin pelar los golpeamos.
- Pochamos ajo y cebolla.
- Añadimos el limón y el whisky. Reducir o flambear... lo que os guste más.
- Añadimos los jugos del solomillo, el agua y la pastilla de caldo.
- Dejamos cocer hasta que ligue la salsa y reduzca.
- Mientras salpimentamos las patatas y en una sartén con una gota de aceite les damos varias vueltas durante 5/10 minutos. Espolvoreamos perejil
- Echamos la carne en la salsa , dejamos unos 3-5 minutos
- Emplatamos con las patatas y servimos inmediatamente.
- Disfrutad!!